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miércoles, 21 de abril de 2010

ESCUCHA ACTIVA

"Escuchar es un proceso psicológico que, partiendo de la audición, implica otras variables del sujeto: atención, interés, motivación, etc. Es un proceso mucho más complejo que la simple inactividad que asociamos al "dejar de hablar".

¿Qué es la escucha activa?

Escuchar no es solo una cuestión biológica que dependa de nuestra agudeza auditiva. Si quieres comunicarte con los demás, el primer paso es conocer la diferencia entre oír y escuchar.

Oír: Percibir con el oído los sonidos.
Escuchar: Prestar atención a lo que se oye.

Oír no es un acto voluntario, los sonidos llegan a nuestros oídos aunque no hagamos nada para que ocurra. Escuchar en cambio es el acto voluntario mediante el cual prestamos atención a los sonidos que percibimos. Se puede oír sin escuchar pero, para escuchar, primero hay que oír.
Pero vamos a ir un paso más allá. Si nuestro objetivo es mejorar nuestra comunicación, debemos aprender a poner en práctica la escucha activa. Esto es: escuchar bien, con atención y cuidado, tratando de comprender lo que nos dice nuestro interlocutor.
Escuchar activamente supone estar psicológicamente presentes. Ser conscientes de lo que nos dicen y demostrar a nuestro interlocutor que recibimos su mensaje. Parece que escuchamos pero en realidad casi siempre estamos ocupados pensando en qué le contestaremos al otro cuando acabe su turno de palabra. Vamos unos pasos por delante preparando nuestro propio argumento.

¿Por qué es importante escuchar activamente?

• Porque, si sabemos escuchar, los demás sentirán la confianza necesaria para ser sinceros con nosotros.
• Porque la persona que nos habla se siente valorada.
• Porque escuchar tiene efectos tranquilizantes y facilita que se eliminen tensiones.
• Porque favorece una relación positiva con nuestro interlocutor.
• Porque permite llegar al fondo de los problemas.
• Porque provocamos respeto hacia nosotros en quien nos habla.
• Porque es una recompensa para nuestro interlocutor.
Hay que tener cuidado de no emplear la escucha activa con personas que tienen tendencia a hablar en exceso. Escuchar es una recompensa muy fuerte y en algunas personas hablar acaba convirtiéndose en un hábito solo para recibir esa recompensa de cualquiera que tenga en frente.

¿Cómo se practica la escucha activa?

A través de la observación:
Cuanta más información podamos obtener de nuestro interlocutor, mejor. Para ello debemos estar atentos a sus expresiones, a los sentimientos que expresa, a los gestos y a las señales que nos emite para indicarnos que nos cede el turno de palabra.
A través de la expresión:

Nuestro interlocutor debe captar por nuestra actitud que le estamos prestando atención. Es importante mantener el contacto visual y asentir con movimientos de cabeza. También debemos acompañar nuestros gestos con expresiones verbales: “claro, entiendo”, “ya veo”, “ah-ah”…
Los enemigos de la comunicación
Hay conductas que realizamos, algunas de forma consciente y otras totalmente inconscientes, que son verdaderas cargas de profundidad contra el proceso de comunicación. Por ejemplo:

• Interrumpir al que habla.
• Juzgar cada comentario que hace.
• Ofrecer ayuda que no nos ha solicitado.
• Quitar importancia a los sentimientos de la otra persona con expresiones como “no te preocupes por esa tontería”, “no te pongas así”, etcétera.
• Contar “nuestra anécdota” cuando el otro está aún hablando.
• Caer en el “síndrome del experto”: Saber lo que debemos contestar cuando el otro no ha hecho más que iniciar su relato.
 Autor Paula Diaz Moreno

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